Ante el desafío de la enfermedad

Por lo regular, nuestras preocupaciones comienzan cuando observamos comportamientos extraños o reacciones no muy lógicas. Hasta que un día confirmas lo que tal vez ya imaginabas. Tu ser querido padece la enfermedad de Alzheimer. ¡Horror! Te invade la inseguridad. Se inunda tu cabeza de preguntas. Surgen miedos y te sientes perdido. Esto genera una ola de ansiedad que parece no terminar. Peor cuando nunca antes tuviste una experiencia cercana con la enfermedad. Es un mundo que desconoces.  

Si estás experimentando esto, lo primero que debo decirte es calma. Mantén la calma, y lo digo sabiendo que no es fácil. Pero si no lo haces, la ansiedad se multiplica. Podrías perder el control, y no puedes permitir que algo así suceda. Cuando pierdes el control de tus emociones, todo tu sistema se altera, y no puedes pensar con claridad. En este momento, mucho más que antes tu mente debe estar clara. Ahora alguien más depende de ti.

Es importante que aprendas todo lo que puedas sobre el tema. Ya que la complejidad va en aumento en todos los sentidos: física, psicológica, emocional y económicamente. Desarrollarás destrezas que tal vez no conoces que tienes. Quién sabe si te sorprendas de ti mismo. Es difícil, bien difícil pero no imposible.

La mejor forma de asumir esta misión es con amor. Porque nos ofrece la oportunidad de disfrutar al ser querido, aún con todas las limitaciones que aparecerán. A su vez podemos regalarle calidad de vida. Para que puedan vivir el tiempo que les quede con tranquilidad, dignidad y sobre todo en amor.

Recuerda que: